El asno y la perrita faldera


Fábula: "El asno y la perrita faldera"


Un granjero fue un día a sus establos a revisar sus bestias de carga: entre ellas se encontraba su asno favorito, el cual siempre estaba bien alimentado y era quien cargaba a su amo.

Junto con el granjero venía también su perrita faldera, la cual bailaba a su alrededor, lamía su mano y saltaba alegremente lo mejor que podía. El granjero revisó su bolso y dio a su perrita un delicioso bocado, y se sentó a dar ordenes a sus empleados. La perrita entonces saltó al regazo de su amo y se quedó ahí, parpadeando sus ojos mientras el amo le acariciaba sus orejas.

El murciélago y el jilguero


Fábula: "El murciélago y el jilguero"


Un jilguero encerrado en una jaula colgada en una ventana cantaba de noche. Oyó un murciélago desde lejos su voz, y acercándosele, le preguntó por qué cantaba sólo de noche.

El murciélago y las comadrejas


Fábula: "El murciélago y las comadrejas"


Cayó un murciélago a tierra y fue apresado por una comadreja. Viéndose próximo a morir, imploró el murciélago por su vida. Le dijo la comadreja que no podía soltarle porque de nacimiento era enemiga de los pájaros. El murciélago replicó que no era un pájaro sino un ratón, librándose con esta astucia.
Algún tiempo después volvió a caer de nuevo en las garras de otra comadreja, y le suplicó que no lo devorara. Contesto esta comadreja que odiaba a todos los ratones. El murciélago le afirmó que no era ratón sino pájaro. Y se libró así por segunda vez.

Las cabras monteses y el cabrero


fábula: "Las cabras monteses y el cabrero"

Llevó un cabrero a pastar a sus cabras y de pronto vio que las acompañaban unas cabras monteses. Llegada la noche, llevó a todas a su gruta.


A la mañana siguiente estalló una fuerte tormenta y no pudiendo llevarlas a los pastos, las cuidó dentro. Pero mientras a sus propias cabras sólo les daba un puñado de forraje, a las monteses les servía mucho más, con el propósito de quedarse con ellas. Terminó al fin el mal tiempo y salieron todas al campo, pero las cabras monteses escaparon a la montaña. 

La gaviota, el espino y el murciélago


Fábula: "La gaviota, el espino y el murciélago"


Se asociaron una gaviota, un murciélago y un espino para dedicarse juntos al comercio.

El murciélago buscó dinero, el espino unas telas, y la gaviota, una cantidad de cobre. Hecho lo cual aparejaron un barco.

Pero surgió una tremenda borrasca hundiéndose la barca y perdiéndose la carga; sólo salvaron sus vidas.

La golondrina y el hijo pródigo


Fábula: "La golondrina y el hijo pródigo"


Un hijo pródigo, habiendo derrochado su patrimonio, sólo le quedaba un manto.
De repente vio a una golondrina que se había adelantado a la estación. Creyendo que ya llegaba la primavera, y que por lo tanto no necesitaría más del manto, fue también a venderlo.
Pero regresó el mal tiempo y el aire se puso más frío. Entonces, mientras se paseaba, halló a la golondrina muerta de frío.

La paloma y la hormiga


Fábula: "La paloma y la hormiga"


Obligada por la sed, una hormiga bajó a un manantial, y arrastrada por la corriente, estaba a punto de ahogarse.
Viéndola en esta emergencia una paloma, desprendió de un árbol una ramita y la arrojó a la corriente, montó encima a la hormiga salvándola.

Mientras tanto un cazador de pájaros se adelantó con su arma preparada para cazar a la paloma. Le vio la hormiga y le picó en

La cabra y el asno


 Fábula: "La cabra y el asno"


Una cabra y un asno comían al mismo tiempo en el establo.

La cabra empezó a envidiar al asno porque creía que él estaba mejor alimentado, y le dijo:

-- Entre la noria y la carga, tu vida sí que es un tormento inacabable. Finge un ataque y déjate caer en un foso para que te den unas vacaciones.


El tordo


Fábula: "El tordo"


Picoteaba un tordo los granos de un bosquecillo de mirlos, y complacido por el placer de sus pepitas no se decidía a abandonarlo.
Un cazador de pájaros observó que el tordo se acostumbraba 
al lugar y lo cazó.
Viendo el tordo su próximo fin, dijo:

La cabra y el cabrero


Fábula: "La cabra y el cabrero"


Llamaba un cabrero a sus cabras para llevarlas al establo.

Una de ellas, al pasar por un rico pasto se detuvo, y el cabrero le lanzó una piedra, pero con tan mala suerte que le rompió un cuerno. Entonces el cabrero le suplicó a la cabra que no se lo contara al patrón, a lo que la cabra respondió:


El camello y Zeus


Fábula: "El camello y Zeus"


Sentía el camello envidia por los cuernos del toro, y quiso obtener los suyos propios.

Para esto fue a ver a Zeus, pidiéndole le regalara a él unos semejantes.

Pero Zeus, indignado de que no se contentara de su gran tamaño y fuerza, no sólo le negó el darle los cuernos, sino que además le cortó una parte de las orejas.


El camello bailarín


  Fábula: "El camello bailarín"




Obligado por su dueño a bailar, un camello comentó:

-- ¡Que cosa! No sólo carezco de gracia andando, sino que bailando soy peor aun.


El alción


Fábula: "El alción"


Este pájaro gusta de la soledad y vive siempre a orillas y sobre el mar. Se dice que para huir de los hombres que le dan caza, hace su nido en las rocas de la orilla.

Un día un alción que iba a poner, se encaramó a un montículo, y divisando un peñasco erecto dentro del mar, hizo en él su nido. Al otro día que salió en busca de comida, se levantó el mar por una borrasca, alcanzó al nido y ahogó a los pajarillos. Al regresar el alción y ver lo sucedido, exclamó:

El camello visto por primera vez


Fábula: "El camello visto por primera vez"


Cuando los humanos vieron por primera vez al camello, se asustaron, y atemorizados por su gran tamaño emprendieron la huída.
Pero pasado el tiempo y viendo que era inofensivo, se envalentonaron y se acercaron a él.


El camello, el elefante y el mono


 Fábula: "El camello, el elefante y el mono"


Votaban los animales para elegir un rey. El camello y el elefante se pusieron en fila disputándose los sufragios, ya que esperaban ser preferidos sobre los demás gracias a su tamaño y su fuerza.

Pero llegó el mono y los declaró a los dos incapacitados para reinar.

El milano y la gaviota


Fábula: "El milano y la gaviota"


Tragó una gaviota un pez demasiado grande y le estalló la garganta, quedando muerta a la orilla de la playa. La vio un milano y dijo:

-- Tienes tu merecido, porque sabiendo de tu capacidad, abusaste de lo que te estaba permitido.

El milano y la culebra


Fábula: "El milano y la culebra"


Raptó un milano a una culebra, elevándose por los aires. La culebra se volvió y le mordió, cayendo ambos desde lo alto a un precipicio, y el milano murió. Dijo entonces la culebra:

-- ¡Insensato! ¿Por qué has querido hacer mal a quien no te lo hacía? En justicia has sido castigado por haberme raptado sin razón.

El camello que estercoló en el río


Fábula: "El camello que estercoló en el río"

Atravesaba un camello un río de aguas rápidas. Sintió la necesidad de estercolar, y viendo enseguida que pasaba delante de él su excremento, arrastrado por el río, exclamó:

-- ¿Cómo sucede esto? ¡Lo que estaba detrás de mí, ahora lo veo pasar adelante!


El milano que quiso relinchar


Fábula: "El milano que quiso relinchar"


Tuvo antiguamente el milano otra voz, una voz penetrante.

Pero oyó un día a un caballo relinchar admirablemente, y lo quiso imitar. Pero a pesar de todos sus intentos, no logró adoptar exactamente la voz del caballo y perdió además su propia voz.

Así, quedó sin la voz del caballo y sin su voz antigua.

La mula


Fábula: "La mula"


Henchida de cebada, una mula (producto del cruce de asno y yegua) se puso a saltar, diciéndose a sí misma:

-- Mi padre es un caballo veloz en la carretera, y yo me parezco en todo a él.

El ratón y la rana


Fábula: "El ratón y la rana"


Un ratón de tierra se hizo amigo de una rana, para desgracia suya.

La rana, obedeciendo a desviadas intenciones de burla, ató la pata del ratón a su propia pata. Marcharon entonces primero por tierra para comer trigo, luego se acercaron a la orilla del pantano. La rana, dando un salto arrastró hasta el fondo al ratón, mientras que retozaba en el agua lanzando sus conocidos gritos.

El ratón campesino y el ratón cortesano


Fábula: "El ratón campesino y el ratón cortesano"


Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la campiña. Mas como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:

-- ¿Sabes amigo, que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.

El caballo y el soldado


Fábula. "El caballo y el soldado"


Un soldado, durante una guerra, alimentó con cebada a su caballo, su compañero de esfuerzos y peligros. Pero, acabada la guerra, el caballo fue empleado en trabajos serviles y para transportar pesados bultos, siendo alimentado únicamente con paja.

Al anunciarse una nueva guerra, y al son de la trompeta, el dueño del caballo lo aparejó, se armó y montó encima. Pero el caballo exhausto se caía a cada momento. Por fin dijo a su amo:


Los ratones y las comadrejas


Fábula: "Los ratones y las comadrejas"


Se hallaban en continua guerra los ratones y las comadrejas. Los ratones, que siempre eran vencidos, se reunieron en asamblea, y pensando que era por falta de jefes que siempre perdían, nombraron a varios estrategas. Los nuevos jefes recién elegidos, queriendo deslumbrar y distinguirse de los soldados rasos, se hicieron una especie de cuernos y se los sujetaron firmemente.

Vino la siguiente gran batalla, y como siempre, el ejército de los ratones llevó las de perder. Entonces todos los ratones huyeron a sus agujeros, y los jefes, no pudiendo entrar a causa de sus cuernos, fueron apresados y devorados.

El caballo y el asno


Fábula: "El caballo y el asno"


Un hombre tenía un caballo y un asno. Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo:

-- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.

El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo. Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo:

El gato y las ratas


Fábula: "El gato y las ratas"

Había una casa invadida de ratas. Lo supo un gato y se fue a ella, y poco a poco iba devorando las ratas. Pero ellas, viendo que rápidamente eran cazadas, decidieron guardarse en sus agujeros.

No pudiendo el gato alcanzarlas, ideó una trampa para que salieran. Trepó a lo alto de una viga, y colgado de ella se hizo el muerto. Pero una de las ratas se asomó, lo vio y le dijo:

El cisne y su dueño


Fábula: "El cisne y su dueño"



Se dice que los cisnes cantan justo antes de morir. Un hombre vio en venta a un cisne, y habiendo oído que era un animal muy melodioso, lo compró.

Un día que el hombre daba una cena, trajo al cisne y le rogó que cantara durante el festín. Mas el cisne mantuvo el silencio.

Pero un día, pensando el cisne que ya iba a morir, forzosamente lloró de antemano su melodía. Al oírle, el dueño dijo:

--Si sólo cantas cuando vas a morir, fui un tonto rogándote que cantaras en lugar de inmolarte.

El caballo y el palafrenero


Fábula: "El caballo y el palafrenero"




Había un palafrenero que robaba y llevaba a vender la cebada de su caballo; pero en cambio, se pasaba el día entero limpiándole y peinándole para lucirlo de lo mejor.

Un día el caballo le dijo:


El cisne tomado por ganso

 Fábula: "El cisne tomado por ganso"


Un hombre muy rico alimentaba a un ganso y a un cisne juntos, aunque con diferente fin a cada uno: uno era para el canto y el otro para la mesa.

Cuando llegó la hora para la cual era alimentado el ganso, era de noche, y la oscuridad no permitía distinguir entre las dos aves.

Capturado el cisne en lugar del ganso, entonó su bello canto preludio de muerte. Al oír su voz, el amo lo reconoció y su canto lo salvó de la muerte.

El caballo, el buey, el perro y el hombre


 Fábula: "El caballo, el buey, el perro y el hombre"



Cuando Zeus creó al hombre, sólo le concedió unos pocos años de vida. Pero el hombre, poniendo a funcionar su inteligencia, al llegar el invierno edificó una casa y habitó en ella.

Cierto día en que el frío era muy crudo, y la lluvia empezó a caer, no pudiendo el caballo aguantarse más, llegó corriendo a donde el hombre y le pidió que le diera abrigo.


Le dijo el hombre que sólo lo haría con una condición: que le cediera una parte de los años que le correspondían. El caballo aceptó.

Poco después se presentó el buey que tampoco podía sufrir el mal tiempo. Le contestó el hombre lo mismo: que lo admitiría si le daba cierto número de sus años. El buey cedió una parte y quedó admitido.

Por fin, llegó el perro, también muriéndose de frío, y cediendo una parte de su tiempo de vida, obtuvo su refugio.

Y he aquí el resultado: cuando los hombres cumplen el tiempo que Zeus les dio, son puros y buenos; cuando llegan a los años pedidos al caballo, son intrépidos y orgullosos; cuando están en los del buey, se dedican a mandar; y cuando llegan a usar el tiempo del perro, al final de su existencia, se vuelven irascibles y malhumorados.
Describe esta fábula las etapas del hombre: inocente niñez, vigorosa juventud, poderosa madurez y sensible vejez.


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La víbora y la culebra de agua


Fábula: "La víbora y la culebra de agua"


Una víbora acostumbraba a beber agua de un manantial, y una culebra de agua que habitaba en él trataba de impedirlo, indignada porque la víbora, no contenta de reinar en su campo, también llegase a molestar su dominio.

A tanto llegó el enojo que convinieron en librar un combate: la que consiguiera la victoria entraría en posesión de todo.

Fijaron el día, y las ranas, que no querían a la culebra, fueron donde la víbora, excitándola y prometiéndole que la ayudarían a su lado.

La víbora y la lima


Fábula: "La víbora y la lima"


A un taller de un herrero entró una víbora, pidiéndole caridad a las herramientas. Después de recibir algo de todas, faltando sólo la lima, se le acercó y le suplicó que le diera alguna cosa.

-- ¡Bien engañada estás -- repuso la lima -- si crees que te daré algo. Yo que tengo la costumbre, no de dar, sino de tomar algo de todos!

El caballo viejo

Fábula: "El caballo viejo"




Un caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al verse atado a la piedra, exclamó sollozando:

-- ¡Después de las vueltas de las carreras, 
he aquí a que vueltas me he reducido!


La víbora y la zorra


Fábula: "La víbora y la zorra"

Arrastraba la corriente de un río a una víbora enroscada en una maraña de espinas.
La vio pasar una zorra que descansaba y exclamó:

El buey y el mosquito


Fábula: "El buey y el mosquito"


En el cuerno de un buey se posó un mosquito.
Luego de permanecer allí largo rato, al irse a su vuelo preguntó al buey si se alegraba que por fin se marchase.
El buey le respondió:
-- Ni supe que habías venido. Tampoco notaré cuando te vayas.

El ciervo y el cervatillo


 Fábula: "El ciervo y el cervatillo"



Díjole un día un cervatillo al ciervo:

-- Padre: eres mayor y más veloz que los perros y tienes además unos cuernos magníficos para defenderte; ¿por qué huyes delante de ellos?

El ciervo respondió riendo:

-- Justo es lo que me dices, hijo mío; mas no sé lo que me sucede, pero cuando oigo el ladrido de un perro, inmediatamente me doy a la fuga.

Los bueyes y el eje de la carreta


Fábula: "Los bueyes y el eje de la carreta"


Arrastraban unos bueyes una carreta cuyo eje chirriaba ruidosamente. Se volvieron aquellos a la carreta diciendo:

-- Oye amiga --, somos nosotros quienes llevamos la carga. 
¿y eres tú quien se queja?

El buey y la becerra


Fábula: "El buey y la becerra"


Viendo a un buey trabajando, una becerra que sólo descansaba y comía, se condolió de su suerte, alegrándose de la de ella.
Pero llegó el día de una solemnidad religiosa, y mientras al buey se le hacía a un lado, cogieron a la becerra para sacrificarla.
Viendo lo sucedido, el buey sonriendo dijo:

La cierva tuerta


Fábula: "La cierva tuerta"


Una cierva a la que le faltaba un ojo pacía a orillas del mar, volviendo su ojo intacto hacia la tierra para observar la posible llegada de cazadores, y dando al mar el lado que carecía del ojo, pues de allí no esperaba ningún peligro.

Pero resulta que una gente navegaba por este lugar, y al ver a la cierva la abatieron con sus dardos. Y la cierva agonizando, se dijo para sí:

-- ¡Pobre de mí! Vigilaba la tierra, que creía llena de peligros, y el mar, al que consideraba un refugio, me ha sido mucho más funesto.

La cierva en la gruta del león


Fábula: "La cierva en la gruta del león"



Una cierva que huía de unos cazadores, llegó a una 
gruta donde no sabía que moraba un león. Entrando en ella para esconderse, cayó en las garras del león.
Viéndose sin remedio perdida, exclamó:

-- ¡Desdichada de mí! Huyendo de los hombres, caí en las garras de un feroz animal.

La cierva y la viña


Fábula: "La cierva y la viña"


Una cierva era perseguida por unos cazadores y se refugio bajo una viña. Pasaron cerca los cazadores, y la cierva, creyéndose muy bien escondida, empezó a saborear las hojas de la viña que la cubría.

Viendo los cazadores que las hojas se movían, pensaron muy acertadamente, que allí adentro había un animal oculto, y disparando sus flechas hirieron mortalmente a la cierva. Ésta, viéndose morir, pronunció estas palabras:

El ciervo, el manantial y el león


Fábula: "El ciervo, el manantial y el león"

Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial. Después de beber, vio su reflejo en el agua. Al contemplar su hermosa cornamenta, sintióse orgulloso, pero quedó descontento por sus piernas débiles y finas. Sumido aún en estos pensamientos, apareció un león que comenzó a perseguirle. Echó a correr y le ganó una gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del león en su corazón.

Mientras el campo fue llano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, no pudiendo escapar, fue atrapado por el león. A punto de morir, exclamó para sí mismo:

Los gallos y la perdiz


Fábula: "Los gallos y la perdiz"



Un hombre que tenía dos gallos, compró una perdiz doméstica y la llevo al corral junto con ellos para alimentarla. Pero estos la atacaban y la perseguían, y la perdiz, pensando que lo hacían por ser de distinta especie, se sentía humillada.

Pero días más tarde vio cómo los gallos se peleaban entre ellos, y que cada vez que se separaban, estaban cubiertos de sangre. Entonces se dijo a sí misma:

-- Ya no me quejo de que los gallos me maltraten, pues he visto que ni aun entre ellos mismos están en paz.

El gallo y la comadreja


Fábula: "El gallo y la comadreja"

Una comadreja atrapó a un gallo y quiso tener una razón plausible para comérselo.

La primera acusación fue la de importunar a los hombres y de impedirles dormir con sus molestos cantos por la noche. Se defendió el gallo diciendo que lo hacía para servirles, pues despertándolos, les recordaba que debían comenzar sus trabajos diarios.

El ruiseñor y la golondrina


Fábula: " El ruiseñor y la golondrina"


Invitó la golondrina a un ruiseñor a construir su nido como lo hacía ella, bajo el techo de las casas de los hombres, y a vivir con ellos como ya lo hacía ella. Pero el ruiseñor repuso:

-- No quiero revivir el recuerdo de mis antiguos males, y por eso prefiero alojarme en lugares apartados.

El ruiseñor y el gavilán


Fábula: "El ruiseñor y el gavilán"


Subido en un alto roble, un ruiseñor cantaba como de costumbre. Lo vio un gavilán hambriento, y lanzándose inmediatamente sobre él, lo apresó en sus garras.

Seguro de su próxima muerte, el ruiseñor le rogó que le soltara, diciéndole que con sólo él no bastaría para llenar su vientre, y que si en verdad tenía hambre, debería de apresar a otros más grandes. El gavilán le repuso:

El cuervo enfermo


Fábula: "El cuervo enfermo"


Un cuervo que se encontraba muy enfermo dijo a su madre:

-- Madre, ruega a los dioses por mí y ya no llores más.

La madre contestó:

-- ¿ Y cuál de todos, hijo mío, tendrá piedad de ti? ¿ Quedará alguno a quien aún no le hayas robado la carne?

El cuervo y Hermes


Fábula: "El cuervo y Hermes"



Un cuervo que había caído en un cepo prometió a Apolo que le quemaría incienso si lo salvaba; pero una vez liberado de la trampa olvidó su promesa.

Capturado de nuevo en otro cepo, dejó a Apolo para dirigirse a Hermes, prometiéndole también un sacrificio. Mas el dios le dijo:

¿ Cómo voy a creerte ahora, miserable, si ya engañaste y renegaste de tu primer señor ?


El cuervo y la culebra


Fábula: "El cuervo y la culebra"


Andaba un cuervo escaso de comida y vio en el prado a una culebra dormida al sol; cayó veloz sobre ella y la raptó. Mas la culebra, despertando de su sueño, se volvió y lo mordió.

El cuervo viéndose morir dijo:
-- ¡Desdichado de mí, que encontré un tesoro pero a costa de mi vida!

La corneja fugitiva


Fábula: "La corneja fugitiva"


Un hombre cazó a una corneja, le ató un hilo a una pata y se la entregó a su hijo.

Mas la corneja, no pudiendo resignarse a vivir prisionera en aquel hogar, aprovechó un instante de libertad en un descuido para huir y tratar de volver a su nido. 

Pero el hilo se le enredó en las ramas de un árbol y el ave no pudo volar más, quedando apresada. Viendo cercana su muerte, se dijo:

--¡Hecho está! Por no haber sabido soportar la esclavitud entre los hombres, ahora me veo privada de la vida.